miércoles, 3 de diciembre de 2014

PIERCINGS


Para algunos, son un signo de distinción o de pertenencia a un grupo. Para otros, una forma de embellecerse o estar a la moda. Pero, antes de probar esta técnica de arte corporal que gana adeptos sin cesar, conviene conocer sus ventajas e inconvenientes.

Los piercings no sólo pueden provocar lesiones, alérgias, cicatrices, hemorragias e infecciones, sino que aumentan la posibilidad de contraer una dolencia contagiosa, que puede llegar a ser muy severa, según lo que indican los últimos estudios.
Los problemas se originan en la falta de higiene o pericia de quien efectúa el 'arte corporal'; y también en las reacciones del organismo ante las perforaciones y las sustancias extrañas. Por ello, al anillarse conviene tomar las precauciones para prevenir complicaciones y no perder la piel y la salud en el intento.
Piercing del ombligo infectado

El anillado consiste básicamente en agujerearse distintas partes del cuerpo, como el lóbulo, la oreja, la nariz, los labios, la lengua, las cejas, el ombligo o los genitales, para colgarse en la perforación distintos tipos de joyas o piezas metálicas.

Para ello se atraviesa el cuerpo con un aguja y después se coloca en ese orificio una joya u ornamento: algún tipo de aro, arco, anillo, bola o cadena.

Las orejas se suelen perforar con pistolas. Otras zonas de la anatomía, en cambio, exigen anestesia local mediante un pinchazo o aerosol y se agujerean con pistolas y catéteres.

Además, para algunos anillados como el de la lengua o el tabique nasal, se coloca una superficie detrás del tejido que sirve de soporte. La cicatrización dura algunas semanas y su extracción no suele dejar marcas, ya que al retirar la pieza, el agujero se cierra solo.

El piercing es la forma de arte corporal que presenta más riesgos para la salud.

Piercing de la lengua infectado

Las infecciones bacterianas, como abscesos o erisipela, o la condritis del cartílago son complicaciones frecuentes. Además, si se utiliza material sin esterilizar, aumenta el riesgo de contraer dolencias virósicas graves.

Los dolores del anillado 

Cuando se perforan órganos con una gran circulación sanguínea, como la lengua, puede producirse una hinchazón o hemorragia; mientras que el níquel que contienen muchas joyas es uno de los agentes que producen más reacciones alérgicas en la piel, que se manifiesta como una lesión con costra, eccema y comezón.

El anillado también suele producir cicatrices, cómo los granulomas, unos nódulos que surgen como reacción de defensa de los tejidos ante un cuerpo extraño y que pueden ulcerarse y degenerarse. También ocasiona queloides o engrosamientos.

Asimismo, hay partes como la lengua, el ombligo, las tetillas, los labios ó los genitales, que durante el anillado están más expuestas al arrancamiento, por el roce con la ropa.

Diez consejos para el buen anillado 

Para evitar complicaciones y riesgos al efectuarse un piercing, los dermatólogos recomiendan estas precauciones básicas:


  1. Evite anillarse las zonas más expuestas o sensibles. La lengua, el ombligo, las tetillas, los labios y genitales son lugares de riesgo. La cara y el dorso de las manos no deben perforarse.
  2. Escoja un establecimiento adecuado. El lugar debe contar con todas las medidas higiénicas. Un requisito básico es que disponga de autoclave de esterilización, ya que las herramientas quirúrgicas y las joyas deben esterilizarse con calor.
  3. Recurra a un profesional cualificado, que emplee guantes, tenga experiencia en este tipo de trabajo y ciertos conocimientos médicos.
  4. Vigile el instrumental. Según su tipo, las agujas, pinzas, punzones o sondas deben ser desechables, o estar debidamente esterilizados. Eventualmente uno puede llevar las agujas. La pistola perforadora sólo debe emplearse para el lóbulo auricular.
  5. Exija la máxima limpieza. El material desechable debe usarse y eliminarse, mientras que el reutilizable debe esterilizarse con calor en una cámara apropiada, o bien mantenerse en un líquido esterilizador.
  6. Infórmese sobre los materiales. El objeto que se coloque debe ser preferiblemente de titanio, acero inoxidable quirúrgico, oro de al menos 14 quilates, o bien plata, los cuales deben estar bien pulidos y sin arañazos. Conviene evitar las aleaciones, materiales bañados en oro, y piezas de madera y hueso.
  7. Después de la intervención. Debe realizar una buena higiene previa de la zona a tratar, lavándola con agua y jabón y algún antiséptico, higienizándose siempre las manos antes de manipular el objeto a insertar. Después de la perforación, debe realizar curas hasta que ceda la inflamación, y aplicar una crema o antiséptico al menos durante 48 horas, sin exponerla la piel al sol los primeros días. Durante una semana desinfecte dos veces al día la herida con un antiséptico. El anillado bucal exige cuidados posteriores rigurosos, como el enjuague bucal y no tomar alcohol.
  8. Si hay complicaciones. Controle la zona tratada y recurra enseguida al médico o al farmacéutico, ante síntomas tales como fiebre, enrojecimiento y/o inflamación de los vasos linfáticos circundantes, dolor o molestias.
  9. Tenga sus vacunas al día. Debe tener aplicada y activa, la inmunización antitetánica, ya que con el paso del tiempo va perdiendo eficacia y reduciendo su protección.
  10. Reflexione sobre su estado de salud. Debe estar libre de infecciones o dolencias, al anillarse, porque ya sea un simple resfriado o un dolor de muela, debilita el sistema inmunológico y cualquier elemento extraño que se incorpore al organismo disminuye las defensas. Además, la piel debe estar sana, sin quemaduras, reacciones alérgicas, ni enfermedades dermatológicas crónicas.
Imágenes de piercings en distintas zonas del cuerpo:








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